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martes, 14 de junio de 2016

Hábitat primordiales en la formación del niño. Familia y Comunidad, su influencia.


Se considera un hábitat como el espacio que habita y ocupa un ser vivo, entonces para los humanos un hábitat sería el lugar en que una persona o un grupo de personas residen o está asentado; sin embargo aunque la noción de hábitat implica la idea de permanencia en un ámbito físico en que se vive, este también implica cultura, sentimientos, relaciones y los procesos de nacer, crecer y desarrollarse como individuo así como adaptarse a un grupo social.
En este sentido que incluye el espacio físico y el psicosocial sabemos y reafirmamos constantemente a la familia como el primer entorno de formación de los hijos, en donde desde el nacimiento el niño vive un conjunto de experiencias estructuradas de una determinada manera, a través de las actividades que se relacionen promueven, alientan, y apoyan a la propia familia y que van relacionadas con el espacio físico que ocupan, la cultura, el nivel de instrucción  e incluso el perfil psicológico de las personas que conforman el grupo.
Adicionalmente, el hogar y la familia no es la única influencia que recibe el niño en formación desde que nace, sino que también, en la actualidad venezolana es muy común que los infantes estén en constante contacto con la comunidad que los rodea (vecinos, otros familiares, guarderías, etc). Esto ocurre como consecuencia de diversas condiciones sociales, económicas y políticas que en muchos casos llevan a los padres fuera de casa a trabajar, dejando el cuidado de los niños a cargo de otros actores de gran influencia, como niñeras, abuelas, vecinos, hermanos mayores, etc. , esto ocasiona un cambio en el espacio físico, afectivo y sociocultural (hábitat) que experimente el niño y que influye en la forma en la que se desarrollará como persona.
En otras situaciones, las limitadas dimensiones de las viviendas y la cantidad de personas que habitan en las mismas, como varios grupos familiares, o residencias compartidas es frecuente que en estos hábitat residenciales los niños permanezcan muchas horas en las calles, veredas o espacios comunes con los vecinos que conforman un grupos de juegos, siendo estos verdaderos ámbitos socializadores, ya que los amigos del vecindario transmiten valores, normas y actitudes que pautan el comportamiento de los niños; estos grupos de iguales desde el punto de vista cronológico en muchas ocasiones y especialmente de desarrollo socioemocional los infantes y encuentran acogida, reconocimiento y protección, siendo por tanto muy valorados por ellos.
En síntesis, la familia y la comunidad juegan un papel importantísimo en la formación integral de los niños y niñas en cuanto a que son en la actualidad y realidad venezolana no solo los primeros hábitat a los que pertenece el individuo si no en los cuales pasa la mayor parte de su tiempo.

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