El papel del adulto es decisivo para que ocurran las interacciones de los niños y niñas con sus pares, con los materiales y con las personas de su entorno, dentro de un sistema dinámico, democrático y humano, a través del cual cada elemento constituyente de este sistema es un participante activo que se nutre de esa relación.
La comunidad permite educación preventiva y significativa a partir de la conexión de las áreas académicas con los problemas sociales, éticos y morales presentes en su entorno. Es un medio que conduce a un aprendizaje que propicia la formación integral del niño, de manera cónsona con los cambios sociales y culturales que se suscitan en el mundo de hoy. Las áreas de desarrollo, deben ser trabajadas conjuntamente con las familias y la comunidad, de manera que los niños no enfrenten situaciones contradictorias entre su hogar, su entorno y el ambiente educativo.
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